En los últimos tiempos venimos observando cómo se está produciendo un distanciamiento entre la ciudadanía y los políticos. Hace dos días tuvimos la ocasión de presenciar un importante debate en el Congreso de los Diputados sobre la situación de la economía española.
Si me dejo llevar por mi ideología y mi humilde análisis político, tengo que decir que Zapatero le propinó un golpe –dialéctico- importante a Rajoy. Bajo mi punto de vista, éste no empezó mal su discurso pero lo perdió en el turno de réplica al dirigirse a las filas del grupo socialista para que no apoyaran a su líder. Ahí fue el momento donde Rajoy perdió todo el fuelle que manifestó en su primera intervención.
Sin embargo, no quiero detenerme en este análisis que como socialista puede pecar de subjetivo. Quiero hacer referencia a unas palabras que un amigo que se encuentra en el paro me hacía esta misma mañana. Mi amigo me decía que para él ninguno de los dos le aportó una solución para superar los graves problemas por los que está pasando el país. Que a lo único a lo que se dedicaron fue a confrontar sin poner sobre la mesa medidas concretas. Tengo que decir que coincido con mi amigo, que la batalla dialéctica que se vivió en Parlamento de poco sirvió para aquellos hombres y mujeres que están viviendo con lo justo y con un horizonte desolador por la falta de empleo.
A estos hombres y mujeres me gustaría dedicar mi post de hoy porque ellos son los que más nos necesitan en estos momentos, y por ellos tenemos que trabajar conjuntamente para conseguir que mejoren su situación. Así que es fundamental que el Gobierno de España lidere este proceso y que las Comunidades Autónomas hagan sus deberes para superar esta situación porque detrás de cada número de la tasa de paro, hay hombres y mujeres, y familias enteras, que lo están pasando muy mal.
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