Uno entiende que el trabajo en equipo no siempre resulta fácil y que constantemente hay que hacer esfuerzos para conseguir una adecuada comunicación y coordinación que permita la consecución de los objetivos comunes. Si además ese equipo de trabajo tiene la responsabilidad de dirigir el interés público de miles y miles de ciudadanos, la comunicación y coordinación resulta imprescindible.
Viene esta reflexión al hilo del espectáculo que hemos vivido en menos de 24 horas entre el Secretario de Estado de Hacienda, D. Carlos Ocaña, y la Vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Dña. Elena Salgado. Salir en el día de ayer el Secretario de Estado dudando del cumplimiento de los acuerdos firmados hace unos meses con los sindicatos en lo que respecta a las retribuciones de los empleados públicos o funcionarios, y encontrarnos en menos de 24 horas un desmentido por parte de la mismísima Vicepresidenta Segunda del Gobierno de España, no deja cuanto menos de causar asombro.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que con manifestaciones de este tipo se genera incertidumbre en miles de familias que depende del sueldo de un empleado público. Pues aunque los empleados públicos tenemos una estabilidad laboral y económica, no todos reciben unas retribuciones dignas, pues debemos tener en cuenta que hay empleados públicos cuya nómina no llega a los 1.000 euros mensuales. Este dato pienso que es interesante tener en cuenta cuando hablamos de los empleados públicos o funcionarios.
Lo segundo, es que estamos hablando del Gobierno de España en el que se entiende que las propuestas que se transmiten a la opinión pública son previamente consensuadas y vistas entre todos los departamentos implicados. Si no es así, flaco favor se le hace a la oposición y a la sociedad en general, cuando califican algunas medidas de improvisación.
Pienso que este tipo de cosas deben servir para aprender y para tratar de no cometer los mismos errores. Deseo que el Gobierno haya tomado nota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario