domingo, 14 de febrero de 2010

EL CRISTO DE MONTEAGUDO Y ZAPATERO


Uno nunca se deja de sorprender con la capacidad de movilización de la sociedad murciana. Como bien señalo en mi perfil, resido en Llano de Brujas y desde pequeño siempre he vivido con las impresionantes vistas del Cristo de Monteagudo en el paisaje.


Este sábado cientos de personas se han manifestando pidiendo que no lo retiren, y todo esto ante el recurso que han presentado un grupo de juristas en relación a la legalidad de la presencia de la figura de Jesucristo en lo alto del castillo.


En la calle y en los sitios públicos que suelo frecuentar a diario se ha comentado la noticia. Lo que más me ha impresionado de todo esto, es que he tenido que escuchar que la culpa de que vayan a quitar el Cristo de Monteagudo es de Zapatero. Aunque parezca un disparate, esto lo he escuchado en más de una ocasión, y no sólo yo, sino que hablándolo con mi familia y amigos, coinciden en que se trata de algo que se comenta en la calle. Por lo que parece, Zapatero también tiene la culpa de que un grupo de ciudadanos en su legítimo derecho hayan decido presentar un recurso por algo que consideran que vulnera la legislación actual y que un juez tendrá que decidir al respecto.


Personalmente, reconozco el derecho que estos ciudadanos tienen para presentar un recurso por algo que piensan va en contra de la ley. No seré yo quien cuestione la legalidad de ello, pero si las manifestaciones que he leído y escuchado estos días y las argumentaciones de algunos, tratando de mezclar este asunto con la situación económica actual y las medidas que está tomando el Gobierno de España.


A veces pienso que es necesario explicar en las escuelas y en los institutos qué es un Estado de Derecho. Qué supone presentar un recurso por la vía contencioso-administrativa. Cómo esta estructurado nuestro sistema judicial… En definitiva, uno echa en falta más “Educación para la Ciudadanía”.

1 comentario:

layose dijo...

Hace unos meses intenté subir al castillo. El estado del conjunto es lamentable a la vez que peligroso. Lo que más me sorprende es que todo el mundo se echa las manos a la cabeza pensando en el Cristo, y muy poca gente se da cuenta del castillo que hay debajo y de las condiciones en las que se encuentra. ¡Una vergüenza!