jueves, 28 de diciembre de 2006

Somos distintos, somos iguales

La Asociación Cultural "Nuevo Mundo" presentó el pasado miércoles 27 de Diciembre de 2006 el número 6 de la revista "MI PUEBLO". En ella se recoge, entre otros artículos, una colaboración mia referida al tratamiento de la inmigración en Llano de Brujas. A continuación pasó a reproducir dicho artículo:
SOMOS DISTINTOS, SOMOS IGUALES

En los últimos tiempos mucho se está hablando sobre el tema de la inmigración. Algunos lo perciben como un “problema” que conlleva a otros problemas llegando incluso a escuchar afirmaciones del tipo de que la inseguridad ciudadana se debe a un aumento de la inmigración o que la deficitaria calidad del sistema sanitario público se debe a que cada vez vienen más inmigrantes. Y todo ello nos lleva a asociar que muchos de los problemas que nos suceden tienen que ver con un incremento del número de ciudadanos procedentes de otros países. Desde mi óptica personal como docente de la enseñanza pública que a diario convivo con alumnos y alumnas de distintas nacionalidades puedo afirmar que ante todo la inmigración es una oportunidad para enriquecernos como personas.

Una sociedad se configura sobre el conjunto de individuos que se relacionan interactuando entre si, cooperando para construir una comunidad. En este proceso de construcción, la aceptación de la diversidad como un valor cultural supone la constitución de una sociedad abierta e integradora que favorece las relaciones entre iguales, pues no debemos olvidar que ante todo somos seres humanos que compartimos un mismo espacio que no pertenece a nadie sino a toda la humanidad.

Es aquí en la ocupación de los espacios donde se genera en la mayoría ese “problema” de la inmigración; pues quién no ha dicho o escuchado alguna vez aquello de que “yo no soy racista pero cuanto más lejos de mi casa o de mi calle estén mejor”. El respeto a los demás, la tolerancia, la aceptación de las diferencias culturales son vías que nos conducen a la integración pero no son caminos de una única dirección, es decir desde el que está hacia el que viene sino también desde el que viene hacia el que está. No debemos olvidar que la integración es un camino de ida y vuelta, desde el de dentro hacia el de afuera y desde el de afuera hacia el de dentro.

Todos tenemos la responsabilidad y el deber de encontrar soluciones, pues como hemos dicho la sociedad la formamos todos y entre todos tenemos que ser capaces de lograr una sociedad más rica: no en euros, sino en valores.

Podríamos preguntarnos que podemos hacer cada uno de nosotros para favorecer la integración. En primer lugar, pienso que deberíamos ser capaces de acercarnos al inmigrante sin prejuicios y con la intención de conocer; pues estoy convencido de que del conocimiento mutuo de ambas culturas se construye el respeto y el diálogo tan necesario en los tiempos que corren. A quién no le ha pasado que ha conocido a alguien del que previamente tenia una consideración y que a partir de dialogar con esa persona resulta que nos llevamos una grata sorpresa porque es todo lo contrario de los que previamente habíamos pensado.

Nosotros vivimos en un pueblo con una fuerte presencia de ciudadanos de otros países. Según consta en datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes al año 2005, entre nuestros vecinos venidos de afuera predominan ecuatorianos, marroquíes, seguidos en menor número por colombianos y argelinos. Resulta curioso observar como entre nosotros conviven personas procedentes de hasta 25 nacionalidades distintas. Que riqueza de cultura y de sociedad la nuestra que favorece la variedad.

Los vecinos de Llano de Brujas hemos dado muestras de sobra del carácter integrador y abierto de nuestro pueblo. Tan sólo hay que observar cómo proliferan entre nosotros comercios cuyos dueños proceden de otros países, o como compartimos espacios en nuestros lugares de ocio (cafeterías, jardines públicos, asociaciones, …). Pero sin lugar a dudas, el mayor carácter integrador lo vemos en nuestros niños y niñas que son capaces de compartir y relacionarse con los hijos de los venidos de afuera. Ese es el gran futuro que está por venir, construir una sociedad donde nuestros hijos y nietos se relacionen con los hijos y nietos de padres y abuelos inmigrantes. Tenemos todos una gran labor para construir una sociedad mejor y más abierta, una sociedad más plural, una sociedad propia de un nuevo mundo.

Todo ello debemos hacerlo sin olvidar que venimos de un país que emigra y que avanza hacia un país que acoge. Pues no resulta difícil encontrar historias en nuestras propias familias o en familias cercanas cuando en una época complicada en la que predominaba el hambre y la necesidad, éramos nosotros los que teníamos que salir afuera. Afortunadamente, el progreso y el esfuerzo de todos los españoles ha permitido convertirnos en una sociedad moderna que ya no tiene la necesidad de salir afuera dejando a la familia para poder generar recursos económicos con los que satisfacer las necesidades familiares. Todo ello ha cambiado y se concreta en algo tan sencillo como que antes nuestros abuelos salían con una vieja maleta de madera debajo del brazo, y ahora nuestros jóvenes lo hacen con un ordenador portátil.

Por todo ello no debemos olvidar que la solución esta en cada uno de nosotros, y desde el respeto y la aceptación mutua poder configurar una sociedad integradora en la que todos somos distintos y a la vez iguales.

No hay comentarios: