Tengo pendiente publicar un post sobre las Tablas de Daimiel pero un hecho que me ha sucedido esta mañana me ha llevado a modificar la temática del post. La verdad que tampoco se muy bien como orientarlo porque es difícil escribir cuando has tenido el conocimiento de que alguien con quién te une una relación profesional ha obtenido un diagnóstico médico con fecha de caducidad. Impacta mucho cuando no te lo esperas y cuando observas la entereza con la que te lo llegan a comunicar.
Llevo todo el día dándole vueltas al asunto y valorando las veces que me he preocupado por cosas insignificantes. La vida vale tanto, es algo tan preciado que el simple hecho de poder despertarnos cada mañana es algo maravilloso que no terminamos de valorar. Me arrepiento de todas las veces que me he enfadado por cosas materiales o cabreos absurdos que uno coge por cosas que de las que realmente no merecen la pena.
No sé, son muchos los sentimientos que me vienen a la cabeza. No me apetece escribir mas por hoy, prefiero quedarme con una de mis canciones preferidas que puede ayudarnos a disfrutar cada día de lo que tenemos.
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