Supongo que alguna vez os habéis encontrado con personas que te sorprenden cuando menos te lo esperas. Esto mismo me ha pasado a mí con una mujer estupenda, luchadora, defensora de la igualdad entre el hombre y la mujer y con una voluntad de servicio público admirable.
Todo empezó a raíz de una conversación sobre la labor que los maestros y las maestras han ejercido durante la II República y en los difíciles años de la dictadura de Franco. Hablamos de esta profesión como algo que va ligado a la vocación, y cómo estos maestros y maestras dedicaron horas a enseñar a leer y escribir a los niños y niñas con independencia de su condición social y económica. Eran maestros y maestras respetados y admirados, a los que siempre estaremos en deuda.
Ahora no corren buenos tiempos para esta profesión, y pienso que es en nuestros antecesores en los que nos tenemos que fijar. La cuestión que cuento todo esto porque esta mujer me viene y me entrega un regalo en forma de libro. El libro se titula “Maestros republicanos en Murcia. Un intento de transformación de la escuela”. El libro lleva una dedicatoria personal que paso a reproducir:
“Los maestros y maestras de hoy,
tenemos la suerte de que otros antes,
defendieron una escuela integral y libre.
Tenemos en ellos un ejemplo,
un espejo en el que reflejarnos”
Sobran las palabras... Tan sólo le envío un abrazo y un beso que ya le di en persona, y le doy las gracias por hacerme creer con más fuerza en la humilde tarea de enseñar.
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