Durante estos días paseando por la ciudad podemos observar como se acerca la llegada de la Navidad. A la decoración que adorna balcones y escaparates, le sigue una luz especial que brota de las miles de bombillas que se distribuyen por todo el municipio como un elemento decorativo más que nos anuncia la llegada de las entrañables fiestas navideñas. Y como todos los años tenemos el pregón de Navidad que este año ha sido leído por el Sr. Manuel Fernández-Delgado, Director del museo Ramón Gaya de Murcia.
Tengo entendido que los pregones se realizan con el fin de resaltar los valores culturales y tradicionales de la sociedad hacia la que se dirige. En un especie de alegoría a los tiempos pasados y al sentir de la Navidad en la persona del pregonero que viene a mostrar sus vivencias y sensaciones con tan señaladas fechas familiares y hogareñas. Pues bien, este año el ilustre pregonero ha tenido a bien realizar desde su condición de orador todo un alegato en contra de la política desarrollada por el Gobierno de España en la presente legislatura. Dejándonos manifestaciones del tipo “muchos países que se declaran ricos, cultos y desarrollados intentan destruir el matrimonio. Se promulgan leyes que permiten y facilitan el divorcio, las uniones mal llamadas matrimonio, las parejas de hecho, el divorcio express y otras tantas. Todo esto hecho, en aras de la libertad, confundida con el libertinaje, o desde el más pensado y estudiado ataque a la Iglesia, creando asignaturas que educan maleducando, o leyes que entorpecen o intentan derribarnos”.
A los pregoneros se les debe elegir para que nos hablen de aquello que pregonan desde la perspectiva personal recogiendo las sensaciones y emociones que tales fechas le suscitan en su experiencia personal. No debe el pregonero confundir los escenarios y pensar que desde el altavoz que representa la lectura de un pregón navideño se deben realizar manifestaciones en contra de tal o cual acción política.
En los últimos tiempos, algunos tienden a confundir los escenarios y a pensar que tanto desde una emisora de radio como desde un púlpito son lugares desde los que hacer manifestaciones políticas.
Sr. Fernández-Delgado pienso que se equivocó usted al orientar sus críticas hacia el Gobierno de España, que no olvidemos fue elegido legítimamente con los votos del conjunto de los ciudadanos españoles. Hubiera estado usted más acertado si hubiera continuado por resaltar la figura de la Virgen de la Inmaculada y no haberse metido por otros derroteros que no venían al caso ni era lugar para ello.
Tengo entendido que los pregones se realizan con el fin de resaltar los valores culturales y tradicionales de la sociedad hacia la que se dirige. En un especie de alegoría a los tiempos pasados y al sentir de la Navidad en la persona del pregonero que viene a mostrar sus vivencias y sensaciones con tan señaladas fechas familiares y hogareñas. Pues bien, este año el ilustre pregonero ha tenido a bien realizar desde su condición de orador todo un alegato en contra de la política desarrollada por el Gobierno de España en la presente legislatura. Dejándonos manifestaciones del tipo “muchos países que se declaran ricos, cultos y desarrollados intentan destruir el matrimonio. Se promulgan leyes que permiten y facilitan el divorcio, las uniones mal llamadas matrimonio, las parejas de hecho, el divorcio express y otras tantas. Todo esto hecho, en aras de la libertad, confundida con el libertinaje, o desde el más pensado y estudiado ataque a la Iglesia, creando asignaturas que educan maleducando, o leyes que entorpecen o intentan derribarnos”.
A los pregoneros se les debe elegir para que nos hablen de aquello que pregonan desde la perspectiva personal recogiendo las sensaciones y emociones que tales fechas le suscitan en su experiencia personal. No debe el pregonero confundir los escenarios y pensar que desde el altavoz que representa la lectura de un pregón navideño se deben realizar manifestaciones en contra de tal o cual acción política.
En los últimos tiempos, algunos tienden a confundir los escenarios y a pensar que tanto desde una emisora de radio como desde un púlpito son lugares desde los que hacer manifestaciones políticas.
Sr. Fernández-Delgado pienso que se equivocó usted al orientar sus críticas hacia el Gobierno de España, que no olvidemos fue elegido legítimamente con los votos del conjunto de los ciudadanos españoles. Hubiera estado usted más acertado si hubiera continuado por resaltar la figura de la Virgen de la Inmaculada y no haberse metido por otros derroteros que no venían al caso ni era lugar para ello.
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